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Velasco y el pueblo peruano: A 50 años del Golpe de Estado de 1968

"Las fuerzas de nuestra primera región militar que tenemos en el norte, haciéndose eco del clamor de la nación, está ingresando al campo de Talara para tomar posesión de todo el complejo industrial que incluye la refinería y con la más alta emoción patriótica hace flamear el emblema nacional como expresión de nuestra indiscutida soberanía"

Juan Velasco Alvarado, 9 de octubre de 1968

Publicado: 2018-03-10


El 3 de octubre de 1968, un grupo de militares da un Golpe de Estado al entonces presidente del partido de Acción Popular Fernando Belaúnde Terry, las razones principales fueron, entre muchas, el entreguismo y corrupción del gobierno con la International Petroleum Company (IPC). La gota que rebalso el vaso fue la “misteriosa” pérdida de la página 11 donde se encontraba el precio estipulado que el Perú le cobraría a la empresa por barril. Cinco años antes el arquitecto Belaúnde Terry llega al poder prometiendo una modernización del país y lo principal “La reforma agraria”, la población peruana para 1965 se mantenía bajo la sumisión al gamonal y las precarias condiciones de vida en el campo, los analfabetos no podían votar, en pocas palabras el Estado no los considerada “ciudadanos" a más del 40% de la población. Si naciste hijo de campesino indígena en 1960, tus oportunidades eran casi nulas, debías de pagarle al gamonal hasta la piedra que pisabas porque él era el dueño y los campesinos casi esclavos.

El hombre del campo tras siglos de dominación había aprendido una cultura de servilismo, de guardarse la amarga saliva hacia dentro, no olvidemos el Paco Yunque de Cesar Vallejo, ni La Venganza del cóndor de Ventura García Calderón. Sí, éramos esclavos en nuestra propia tierra. La reforma no llegaba y por el contrario las políticas temblecas de Belaúnde sumadas a la presión de los grupos de derecha (protectores de los hacendados y sanguinarios dictadores) jamás tuvieron el deseo de contribuir al desarrollo del país sino más bien de sus propios intereses. En medio de la crisis generalizada, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas toma el poder a través del Golpe de Estado y designa al General Velasco Alvarado como presidente del Gobierno Revolucionario. El 9 octubre mediante mensaje a la nación Velasco recuperó las refinerías de Talara haciendo flamear por lo alto la bandera nacional, aquel día las Fuerzas Armadas estaban con el pueblo.

Estos cambios serían el inicio para la peor película de terror que los grupos de poder que los Prado, los Miró-Quesada, etc veían venir. Acostumbrados a aliarse con políticos corruptos y generales sanguinarios capaces de ceder ante el dinero para favorecerlos, tal como lo hicieron con Augusto B. Leguía y seguidamente con Sánchez Cerro, Oscar R. Benavides, etc. Sería difícil imaginar que los escrúpulos de los partidarios de derecha no intentaran por todos los medios corromper al nuevo presidente, pero se equivocaron, este no era como todos. En medio de una avalancha mediática en contra del Gobierno Revolucionario, el temor de los grupos políticos de derecha se acrecentada con la inminente y terrorífica (para ellos) Reforma Agraria.

El 24 de junio de 1969 Velasco Alvarado aprobó la Ley de la Reforma Agraria, sin modificaciones, sin temor y con voz enérgica se dirigió a los peruanos diciendo “campesino el patrón no volverá a comer de tu pobreza”, aquel día firmó con pluma de acero su nombre en las páginas de la historia y la dignidad de todo un pueblo. Si hubiera vivido José Carlos Mariátegui tal vez se hubiera sorprendido que fuera justamente un general quien dé el grito de libertad y justicia, porque la Reforma Agraria era eso: justa. Aún se escuchan los lamentos y maldiciones de quienes en aquellas épocas tenían pueblos enteros bajo sus dominios y abusaban, asesinaban y sometían como esclavos a los campesinos, ellos lloran todavía el poder que perdieron con Velasco.

Fue una reforma que tuvo sus altos y bajos, que no previó la poca capacidad de gestión de los campesinos, el desorden económico que existía, las propias pugnas de los espacios sindicales, etc. A pesar de todos los inconvenientes se mantuvo una línea clara en los principales cambios. El sendero se volvió difícil, tuvo que soportar los sabotajes de sectores de derecha, religiosos y también de algunos sectores de izquierda que no soportaban ver a un general en el poder (pese a que coincidieran en muchas ideas). A diferencia, Velasco nunca tuvo prejuicios y llamó a diversos intelectuales a trabajar en su gobierno, encargó las políticas de educación a Augusto Salazar Bondy quien, a pesar de ser contrario a los gobiernos militares, asumió el compromiso y empezó una de las pocas reformas educativas más importantes de nuestra historia. Velasco se rodeó de intelectuales, artistas, técnicos y sobre todo de la gente del pueblo. Gracias al Gobierno Revolucionario conocimos a Túpac Amaru y diversos héroes sepultados por la historia de los conquistadores. La prioridad fueron los niños por lo cual el Estado invirtió en su educación en los tres niveles: inicial, primaria y secundaria. Sin duda el país no volvió a ser el mismo después de Velasco.

La oligarquía nunca se lo perdonó, pues los humilló. No es sorpresa escuchar decir cada cierto tiempo que Velasco quebró nuestra economía y que por su culpa tenemos todos los males, a esos me encantaría recordarles ¿si acaso existió una época de verdadera bonanza en el país donde todos o a lo menos la gran mayoría disfrutara esa riqueza? Tal vez para sus bolsillos haya llegado algo después de regalar nuestras tierras y materias primas, hacer prestamos del gobierno estadounidense o simplemente a lo Ramón Castilla lucrar con la libertad de esclavos negros y dar a sus amigos las concesiones del guano y salitre. ¿En verdad la oligarquía cree que con un sistema económico semi feudal estábamos bien económicamente? Esos que lloraron amargas lágrimas por las reformas de Velasco aplaudieron la venta de nuestras empresas a extranjeros en la época de Fujimori. El neoliberalismo nos ha llevado a la peor forma de dominación y atraso, lo peor de esta historia es que insisten en su error. El Comercio, diario peruano servil a las oligarquías, se indigna por la expropiación de los medios de comunicación y al parecer también se olvida que casi todo el siglo XX publicaban sin problemas mientras que otros dueños de revistas, diarios y libros contrarios al sistema tuvieron que soportar la censura, el cierre y la quema de su material tanto en épocas de dictaduras como democracia.

En 1973 Velasco enfermó y tuvieron que amputarle la pierna, dice la gente de esas épocas que al irse a curar a los EE. UU le pusieron un veneno y por eso falleció al poco tiempo, otros dicen que antiguos amigos militares lo traicionaron. Lo cierto es que Velasco fue derrocado de su cargo y con ello el gran proceso de cambios que emprendió. Morales Bermúdez (el traidor y asesino), el “Iglesias de la Guerra con Chile” se alió a los sectores oligarcas y colaboró con el Plan Cóndor. A 50 años de celebrarse el Golpe de Estado de las Fuerzas Armadas, la imagen de Juan Velasco Alvarado vive como una marca de identidad, justicia y libertad en el corazón de cada peruano. Mire pues, mi abuelo fue de Acción Popular hasta su muerte, mas jamás guardó ningún rencor a Velasco ¿y sabe por qué? Pues bien fue Velasco el único que escuchó sus quejas sobre la corrupción en el sector educativo donde se encontraba, el gobierno de las Fuerzas Armadas no le pedía descontar el dinero del sueldo de los profesores para pagar al partido como sí decepcionantemente le pidió Acción Popular, razón por la cual renunció al cargo.

¡Velasco vive en cada peruano! Desde los que en el campo siguen cultivando y defendiendo sus comunidades, hasta los que se indignan, reclaman y protestan en las calles contra la corrupción. Si hay alguien que escuchó la voz de José Carlos Mariátegui, ese debió ser Velasco, pues en poco tiempo hizo el cambio que siglos de dominación gritaban en silencio. Velasco no nos devolvió las tierras para ir a venderlas a las mineras internacionales, no nos dio el día de la dignidad nacional para seguir votando por corruptos. Son 50 años de un proceso verdadero, tal vez el único que tuvo el coraje de hacerse realidad y pese a las miradas desdeñosas de los hijos de ex hacendados resentidos, el pueblo peruano sigue siendo indígena y de corazón revolucionario.


Escrito por

La Mishica

Haciendo sociología desde lo cotidiano


Publicado en

Los marginales

Espacio crítico sobre temas de realidad nacional, política, cultura y artes