El individualismo asesino
"El bono no solucionará el problema, a penas y mitigará un poco las angustias económicas como una droga que alivia el dolor, lo que la gente necesita son nuevas formas de desarrollo y empleo, en pocas palabras “necesita trabajar”. Es un momento clave para generar propuestas responsables, innovadoras y creadoras."
Hace un día que el presidente anunció la extensión de la cuarentena, algo que ya se venía diciendo desde días previos, el mayor temor de la población: quedarse más tiempo en casa, lo cual se puede resumir en un sinfín de actividades que no se podrán hacer. La propuesta del martillo y los múltiples mensajes de acatar la cuarentena, no dieron resultado. Lo que se deseaba evitar, ya es hoy una cruel realidad y lo que nos espera es más desolador. La imagen de un presidente cansado y abatido por la imparable consecuencia de la pandemia es la que ayer miles de peruanos podíamos ser testigos. Se han adoptado medidas para sostener al menos momentáneamente a la población considerándose otra variable para la detección de familias sin ingresos. Las redes estallan de críticas, políticos y trolls, los que dicen de aquí y los que dicen de allá, mientras tanto los mercados siguen siendo focos de infección, los policías y militares cansados de cuidar a ciudadanos irresponsables, caen enfermos; el personal médico intenta todos los días de salvar las vidas de quienes semanas antes se burlaban de las medidas, y ellos también se están infectando y muriendo. Los ricos del país: empresarios, narcos y corruptos se encuentran resguardados en sus cómodas residencias, tirando dados y compartiendo juegos de mesa, mientras indiscutiblemente niegan al Estado la posibilidad de asegurar a la clase trabajadora y amenazan con despidos masivos y bancarrota, que dentro de la indolente constitución del 93 es posible. Por otra esquina tenemos a una población diversa de necesidades como aptitud, y en muchos casos tan egoísta e irresponsable. Los “bonos” de emergencia intentaron focalizar a los grupos de mayor necesidad, sin embargo, las medidas del ejecutivo tuvieron su choque estrepitoso primero con las desactualizadas datas que tenían las instituciones (supuestamente encargadas de asegurar la información poblacional), y con el fracaso de la descentralización, estos días se pudo constatar una deficiencia de gestión y reacción a la emergencia de Gobiernos Regionales y locales. Todo esto sumado a la inmensa corrupción que ha permitido ventas sobre valoradas de funcionarios públicos, coimas para desplazar a regiones a la gente sin ningún protocolo de sanidad en camiones de alimentos, estaban operando algunos negocios que no son de primera necesidad mediante delivery pero sin guardar las medidas de sanidad necesarias, etc. Al imperativo de que “el gobierno tiene la culpa” o “la gente tiene la culpa” es bueno asumir sin reproche “todos tenemos la responsabilidad”. No basta con dar bonos de dinero a la gente, solo alguien que desconoce las acciones de su gente podría pensar ilusamente que el dinero solucionará el hambre, si hubiese sido así los resultados del Programa Juntos o Pensión 65 en verdad hubieran sido muy exitosos, pero ya saben, son programas que sin pena ni gloria se han convertido en “asistencialismo” demostrando la imposibilidad de nuevas alternativas para solucionar los problemas de la niñez, desnutrición y abandono a los adultos mayores, mucha gente no invierte en su alimentación (debido a ello tenemos una alta tasa de anemia) muchos usan o guardan el dinero o para los vicios (licor, fiestas, etc) o para generar negocio, comprar mercadería, vender en otros mercados, o la educación, es la dinámica de la mayoría de la población. El bono no solucionará el problema, a penas y mitigará un poco las angustias económicas como una droga que alivia el dolor, lo que la gente necesita son nuevas formas de desarrollo y empleo, en pocas palabras “necesita trabajar”. Es un momento clave para generar propuestas responsables, innovadoras y creadoras. Todos los sectores productivos del país necesitan urgentemente protocolos operativos, una cuenta bancaria para todos los ciudadanos a través del Banco de la Nación, impulsar la educación financiera y sanitaria en los micro y medianos empresarios, brindarles educación en soportes informáticos para administrar y ofrecer sus productos, brindarle asistencia educativa como técnica e informática a los agricultores y ganaderos en el ámbito rural, facilitar transporte y centros de ventas confiables, capacitar a todos los trabajadores y sobre todo asegurar trabajos dignos para la gente en los sucesivos meses. Todos debemos romper ese individualismo que es empujado por la búsqueda de nuestros propios beneficios y proponer soluciones que nos beneficien no sólo a unos, sino a todos. La enfermedad nos acompañará mucho tiempo. Es momento de hacer respetar que la vida de uno vale lo mismo que la vida de otro. Todos queremos vivir, todos debemos colaborar.